Nosotros los adultos podemos estar enfadados... tener días malos.. Esos días
lo último que queremos oír es que "no pasa nada". Se aligera el peso
si alguien empatiza contigo y te pregunta que tal estas, como te sientes, te
acompaña en ese momento...
Hace no mucho, iba por la calle y una señora se torció un pie, cayendo al
suelo.. lo primero fue acudir a ayudarla.. jamás se me hubiese ocurrido levantarla,
decirle lo torpe que era y que no llorara que era ridículo.
Cuántas veces hemos visto la misma escena, un niño se cae, e inmediatamente
arriba, aquí no ha pasado nada, levanta y no se te ocurra llorar que es de
pequeñajos... Es la misma situación solo entre un adulto y un niño.
El adulto se puede defender, el niño se queda con esas palabras, que resuenan
una y otra vez en nuestra edad adulta. No llorar.. reprimir sentimientos=
sufrir, No empatizar= adultos no empáticos...
Tratemos a nuestros hijos con el respeto que merecen, SUS SENTIMIENTOS SON
IGUAL DE VALIDOS QUE LOS TUYOS.
Os recomiendo este articulo y el libro
de referencia, otra visión de la crianza ¿por qué no?
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