viernes, 23 de enero de 2009

SEMANA 26

Noa ya puede flexionar algunos de los músculos que le permitirán alimentarse: la boca y los labios. El instinto de mamar es tan fuerte que si su mano pasa cerca de su cara, se chupará el dedo pulgar o cualquiera de los demás dedos. Este es uno de los más de 70 reflejos con los que nacerá.

Otro de los reflejos es agarrar las cosas. Los recién nacidos agarran el dedo con una fuerza sorprendente. Eso es porque cuando estaban dentro de la tripa ya practicaban, agarrando y estirando el cordón umbilical para mejorar su agilidad prensil. El cordón está preparado para ello.
Noa empieza a abrir los ojos, pero no se puede distinguir el color del iris. Éste no será definitivo hasta meses después de nacer. Muy unida a los sistemas auditivos y visuales, la actividad de su cerebro se dispara. En este momento, sus ondas cerebrales son muy similares a las de un recién nacido. La forma final de la columna vertebral con sus 33 anillos, 150 articulaciones y 1.000 ligamentos empieza a definirse. Mide 32 cm y pesa 750 g.



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