martes, 18 de marzo de 2014

Estrés en los niños



Cuantas veces has encontrado a tu hijo/a irritado, molesto, en resumen raro, y no has sabido porque. Pues bien igual que los adultos, ellos sufren la plaga de este siglo (y del pasado), el estrés. A continuación podéis leer un artículo de Zulema González, del blog Crianza y amor natural, donde se exponen los signos del estrés y algunos consejos para resolverlo. 

 

 

Estrés en los niños

El estrés es una reacción el organismo ante una situación que nos mantiene tensos, fuera de nuestro círculo de tranquilidad. Esto lo experimentamos todas las personas pero la diferencia está en cómo lo afrontamos. 
En ocasiones los padres no encontramos estresados por alguna crisis financiera, familiar o emocional, esto puede repercutir en una crisis estresante para el niño también. Recordemos que estamos conectados padres e hijos. 
A veces no nos damos cuenta que nuestro hijo está pasando por un momento de estrés, que incluso en dosis pequeñas es normal, pero cuando éste aumenta suele ser peligroso.

Algunos signos de estrés NO resuelto en niños son:

Síntomas físicos
-Cambios alimentarios
-Dolor o malestar estomacal
-Alteraciones del sueño
-Pesadillas
-Síntomas físicos sin ningún tipo de enfermedad 

Síntomas emocionales 
-Ansiedad
-Preocupaciones
-Miedos nuevos o recurrentes (miedo a la oscuridad, a estar solo o a los extraños)
-Irritabilidad
-Llanto constante
-Comportamiento agresivo
-Desinterés por participar en actividades que antes gustaban



Alternativas para ayudar a los niños a enfrentar el estrés de la manera más saludable:

-Ayude al niño a anticipar eventos que puedan ser estresantes para él. 

-Ofrezca un ambiente de apoyo donde el niño pueda expresar sus  emociones o preocupaciones de forma creativa o artística.

-Ayude a que el niño pueda reconocer, nombrar, aceptar y comunicar sus sentimientos.

-Escuche de forma atenta, sin juzgarlo o burlarse. Muchas veces nos parece "tonto" lo que el niño está sintiendo, validemos sus sentimientos.

- Enseñar técnicas de relajación. 

-Ayúdelo a pensar en soluciones en lugar de ocupar su mente en preocupaciones.

-Ser empáticos y mostrar nuestro afecto.

-Enseñarles que hay situaciones que no podemos controlar, pero que sí podemos controlar cómo las percibimos. 

-Fortalecer los sentimientos de autoestima en el niño.

-Estimular la actividad física constante (reduce los niveles de estrés)

-Mantener al niño informado de cualquier cambio que pueda ocasionar estrés.


Nuestro vínculo afectivo refuerza la confianza Madre/Padre-Hijo, de tal forma que no tendrán miedo de pedir ayuda cuando se sientan mal

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