miércoles, 27 de enero de 2010

LA BELLEZA DE LA PRIMERA HORA

foto: ( www.quenonoseparen.info)

Hay momentos en la vida que dejan huella y uno de los más importantes es cuando nacemos en este lado de la existencia después de 9 cálidos y seguros meses en el vientre de nuestra madre.

La doula argentina y estudiosa del mundo de la maternidad Melina Bronfman nos envía a El Lector Alternativo Opina un artículo sobre lo que siente el bebé nada más nacer y el significado fisiológico de esos momentos en el que la madre y su hijo reciben el mayor pico de oxitocina, la hormona del amor.

Aunque en todo el mundo aun siguen vigentes prácticas obstétricas obsoletas e injustificadas científicamente en este aspecto, la situación está mejorando poco a poco.

En España tenemos la magnífica campaña “¡Que no os separen!” y Melina nos informa de las leyes en Argentina a favor del contacto precoz piel con piel cuando no hay ninguna razón clínica para la separación.

Tomando conciencia de este tema, los bebés tendrán mejores recibimientos en la Vida y todos ganaremos con ello…


¿Alguna vez observaste un bebé apenas nacido? Un bebé apenitas nacido tiene los ojos descomunalmente abiertos. Abre la boca, y mira, mira, mira. Se retuerce bastante. No siempre llora. Una hora después, se duerme. ¿Por qué hace esto? ¿Tiene alguna explicación?

Somos mamíferos. El bebé en realidad está buscando ver a su madre. Abre la boca porque quiere succionar, y se retuerce porque no se siente junto a ella. No la huele y sabe que ella no está cerca. Si ese bebé estuviera en brazos de su madre, estaría mamando y relajado, porque estaría satisfaciendo esas necesidades que expresa con su cuerpo. Si el bebé no está en brazos de su madre, y no hay razones clínicas que justifiquen una separación, es allí donde debería estar.

Nuestro organismo responde a un mecanismo de supervivencia ancestral que hace que nos apeguemos a nuestra madre (y a la vida). Esta primera hora de vida, se llama la hora del apego. LA HORA DE LA IMPRONTA. Es una hora única e irrepetible. Crítica y determinante según algunos autores. No existe una segunda primera hora de vida. De hecho, a lo largo de nuestra vida, la primera experiencia, el primer día de escuela, la primera maestra, el primer beso, la primera vez…son muy importantes.

Si estas no fueron buenas, incluyendo la primer hora de vida, después necesitamos muchas más experiencias reconfortantes para revertir la primera impresión…que no se desinstala, solo que aprendemos a distinguir que aunque no haya sido buena, el resto sí puede serlo.

Para el bebé recién nacido (y durante muchos meses), su organismo y el de su madre son lo mismo. Necesita visceralmente de ese contacto piel a piel. Por eso, apenas nace, mira tan fijo.

Reconoce al ser que le dio la vida y que se la asegurará mientras sea dependiente de ella…En algunas instituciones aunque se especializan en nacimientos, no tienen en cuenta este “detalle”, y al bebé apenas nacido se lo aparta de la madre durante dos horas, para que quede en “observación”. El bebé con sus gestos y reacciones sólo pide contacto materno.

Según algunas investigaciones que compararon dos grupos de bebés (estudio de los Dres. Klaus y Kennel) uno que había sido separado durante una hora de su madre al nacer, y otro que no lo había sido, llegaron a los siguientes resultados: a los 6 meses de vida, los que no habían sido separados, tenían mejor peso, mamaban mejor, no se habían enfermado, regulaban mejor sus horas de sueño, lloraban menos.

En resumen, tenían un desarrollo sensiblemente mejor, más completo y saludable que aquellos bebés cuya primerísima hora de vida no la habían pasado junto a sus padres.

Es muy importante contar con esta información durante la gestación para pactar con la institución la no interrupción de esta “HORA SAGRADA”. CREAR PLAN DE PARTO ES UNA OPCION MUY POSITIVA QUE TE AYUDA A TÍ Y AL RESTO DE FUTURAS MAMAS.

En Argentina, la ley 25129, sobre los derechos de las parejas en la atención obstétrica avala tanto la necesidad de la mujer en trabajo de parto de elegir la posición y procedimientos que se llevarán a cabo (si no hay un diagnóstico que indique una intervención), como el derecho del niño recién nacido a permanecer con sus padres.

Por eso volviendo a la pregunta inicial “¿alguna vez observaste un bebé apenas nacido?”…ojalá todos podamos comprender la importancia de estos primeros 60 minutos y “permitirles” a las madres nacientes abrazar a sus hijos, acariciarlos con su mirada y amamantarlos. Es una hora que quedará por siempre grabada en ambos.

Melina Bronfman - Doula

(El blog alternativo)

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