Para poder entender las cosas, no hay nada mejor que sentirlas para interiorizarlas y que el aprendizaje sea mas sencillo y sobretodo divertido.
Hoy hemos jugado a las fracciones, con un juego básico de madera que encontré en una tienda local por 3 euros.
El juego en si ha consistido en simular que celebramos una fiesta y tenemos una pizza para todos. De acuerdo a la llegada de los invitados, vamos dividiendo la pizza de tal manera que las fracciones se van sucediendo de forma natural.
Con este juego se consigue asociar los números, con la realidad, es decir no aprender los números de forma repetitiva si no trabajando con las cantidades. También nos divertimos practicando formas de cortesía al recibir a nuestros invitados y compartiendo la comida con ellos.
Por todo esto me encanta la pedagogía Montessori, porque enseña a los niños no a memorizar si no vivir y a convivir, escuchando sus ciclos naturales.
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