lunes, 3 de febrero de 2014

Mama, papa y la muerte que es.....


Antes o después llega el momento en que los niños se encuentran con la existencia de la muerte, y entonces los padres no encontramos con nuestras propias carencias, no sabemos que decirles y casi siempre acabamos cambiado de tema. Y  así una vez más estamos negando  un sentimiento de tristeza, que no se acaba de aligerar.  La tónica general tanto en adultos como en niños es mantener la cabeza ocupada,para no pensar y dejar  que el tiempo borre. Es decir es como barrer y dejar la basura bajo la alfombra. Los sentimientos afloran y debemos dejar que salgan, para que no sean esas tristezas que vamos acumulado durante toda nuestra vida, que luego se convierten en depresiones repentinas, que no sabes de donde proceden. Pues bien de esto debemos aprender, las heridas deben curarse, no taparse, llorar lo que nos pida el alma, hablar, sanar y esto mismo en nuestros hijos. No se trata de dramatizar y magnificar, pero si permitir sentir esa pena, y darles todo nuestro apoyo y cariño. ¿Queremos niños sanos mentalmente hablando, o adultos con una gran mochila cargada de sentimientos negados?.


Aquí os dejo recursos útiles para aplicar;

Explícame que ha pasado















Artículo completo aquí

El tema de la muerte es un momento que antes o después se cruzará en nuestra vida, y nos preguntamos que podemos responder a nuestros hijos, si para nosotros de entrada es un tema tabú y del que huimos. La Psicóloga Laura Perales, nos da las bases sobre lo que debemos hacer e ideas muy útiles. 

Junto con la sexualidad y algunos otros temas, la muerte es el gran tabú en la crianza. Tememos el momento en el que los niños nos harán algunas preguntas comprometidas.
Lo que debemos tener en cuenta es que se trata de algo natural y el que sean comprometidas para nosotros parte de nuestras propias vivenciasy miedos. Nosotros mismos eludimos la idea de la muerte. Intentamos transformar en un sentimiento "positivo" el dolor por la pérdida de un ser querido, intentamos que se "nos pase", cuando lo que deberíamos hacer es permitir salir los sentimientos y vivir el duelo necesario. Sin negar, aceptando lo que sentimos.
Con los niños ocurre los mismo, con algunas diferencias respecto a la edad, como el que no comprenden la irreversibilidad de la muerte hasta que tienen más o menos cinco años (algunos, incluso más tarde). Si se muere una mascota, corremos a reemplazarla o le compramos al niño algún juguete para que se le olvide. Si se muere un familiar, se lo ocultamos o le mentimos.
Los niños necesitan sinceridad, adaptando el mensaje a lo que entiende cada uno a la edad en la que se encuentra. Si ya son capaces de entender lo que ha pasado, necesitan que les permitamos vivir ese duelo y, además, necesitan sentirse acompañados por nosotros. Acompañar no es negar lo que sienten, es comprenderlo, verbalizarlo y estar disponibles cuando nos necesitan.
Si nos preguntan qué pasa tras la muerte, como en otros casos, podemos dejar abierta la puerta a que ellos mismos formen su creencia con un "¿tú qué crees?". Si nos preguntan lo que creemos nosotros, podemos decírselo, pero siempre recalcando que es, simplemente, lo que creemos.

Artículo escrito por  la psicóloga Laura Perales.








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